Hjalmar Gibelli te comenta sobre el seguro de escolaridad que asegura el valor de la colegiatura, en el caso de que los sostenedores del estudiante no puedan hacerlo por invalidez o fallecimiento, a diferencia de las otras pólizas para estudiantes que cubren cualquier accidente mientras asisten a sus aulas de clases.
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En qué consiste el seguro de escolaridad
El seguro de escolaridad busca asegurar al estudiante para que pueda cubrir el valor de la colegiatura en caso de que sus padres, tutores o quien cumpla el papel de sostenedor fallezcan o queden en estado de invalidez, que no le permitan seguir trabajando, y en consecuencia no pueda seguir manteniendo el pago. Para no terminar la colegiatura de forma abrupta, el seguro le garantiza al estudiante que llegará a buen termino sus estudios.
Este se encuentra entre la gran variedad de seguros que buscan resolver problemas importantes de la vida actual, y estudiar es uno de ellos. La principal función del seguro de escolaridad es la de cubrir los costos de la colegiatura cuando el estudiante no pueda seguir pagando sus mensualidades, y de esta forma el proceso de educación continúe hasta que el estudiante los culmine.
Algunas pólizas van más allá e incluyen el financiamiento de la educación superior y como complemento se puede incluir la cobertura de desempleo, lo que lo convierte en un seguro mucho más completo. No se trata del pago de deudas, sino de mantener el proceso educativo del asegurado ante cualquier eventualidad.
Las compañías aseguradoras que ofrecen el seguro de escolaridad dentro de sus productos elaboran un perfil de riesgo de los apoderados de los colegios, tomando en cuenta las actividades que ellos más practican a nivel de comunidad educativa. Esta póliza de seguro puede contratarse:
- De forma individual, en lo que el valor aumentaría considerablemente.
- A través de los colegios, es la más conveniente por los costos, y la póliza se cobraria en la matrícula o en las mensualidades.
El seguro de escolaridad es una muy buena opción también para la educación superior, pues a esa edad los padres de los estudiantes pueden ser muy mayores. Se recomienda a los apoderados averiguar si los colegios o universidades en que estudian sus hijos cuentan con seguros de escolaridad, e invita a los administradores de entidades educativas a incorporarlos en sus políticas.
Hjalmar Gibelli: ¿Por qué contratar un seguro escolar?
El seguro escolar es obligatorio en el territorio venezolano, su contratación tiene por objeto dar cobertura y atención tanto a los estudiantes como a los profesionales de la educación por cualquier incidente durante sus actividades escolares, las cuales pueden ser:
- Una lesión o accidente escolar.
- Una enfermedad.
- Inconveniente familiar por causa de sus actividades estudiantiles o durante la realización de su práctica profesional o educacional que ameriten atención médica.
- Atención farmacéuticas y económicas, según el caso.
Debe entenderse por accidente escolar a toda lesión corporal que sufra el asegurado con ocasión de actividades directa o indirectamente relacionadas con su condición de estudiante, incluidas las deportivas, recreativas, viajes de estudios y/o similares, siempre que estas actividades hayan sido organizadas o autorizadas por los centros de enseñanza, colegios o escuelas, quienes son los contratantes de la póliza de seguro para dichos casos, dentro y fuera de las instituciones educativa.
En Venezuela es obligatorio el contratar un seguro escolar, para cubrir cualquier accidente del estudiante durante sus actividades educativas, como parte del cumplimiento de sus funciones. Desde el año 2005, existe una resolución ministerial que obliga a los centros de educación inicial a contar con una póliza de seguro de responsabilidad escolar a favor de los niños/ niñas para su funcionamiento. Esto aplica tanto para los colegios privados como los públicos. Algunas universidades cuentan con estos seguros.
Además, las aseguradoras dirigen estos productos a las instituciones educativas para cubrir los riesgos propios de los estudiantes, que están activos y menores de 20 años, y llegan a cubrir desde la invalidez parcial o total del estudiante, incluso la muerte accidental del estudiante.