Además, has de tener en cuenta que la institución aseguradora también protege tus compras de otras maneras. Esa protección se produce, sobre todo, a través del seguro del hogar.
Si tu lavadora se estropea y desborda de agua, el fabricante te la reparará si está en garantía, pero difícilmente correrá con las consecuencias de esa gotera que ha provocado a tu vecino de abajo. Eso lo hace el seguro.
Por último, si nos vamos a los casos extremos, un consejo para ti. En el caso de que compres determinados objetos muy singulares y muy caros, como joyas, habla con tu mediador o tu aseguradora para estar al tanto de las condiciones de tu seguro del hogar. Ten cuidado, porque si por esa nueva posesión el conjunto de las cosas que tienes en tu casa pasa a valer más que el capital que aseguras en tu póliza, estarás en una situación que se llama de infraseguro y que podría causarte disgustos si un día tienes un siniestro y te roban las joyas. Ya sabemos que la tentación de pagar menos prima es fuerte, pero, créenos: es mucho mejor negocio tener las cosas adecuadamente aseguradas.