La respuesta es sí, sin duda. De hecho, cuanto más humilde es el inventor, más debe pensar en asegurar su invento. Si existe seguro es porque existe un riesgo y el riesgo fundamental de un invento es que otros digan que lo han inventado antes. Una polémica de este tipo acaba fácilmente en los juzgados y la judicialización es siempre un engorro y un gasto. Los litigios en materia de propiedad intelectual ante tribunales nacionales pueden ser largos y costosos: según datos de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), el coste medio de los litigios sobre patentes en los tribunales españoles se sitúa en torno a 100.000 euros y su duración ronda los 12 meses.
Por eso, hay expertos que señalan este riesgo como un obstáculo para que particulares y pymes se lancen a inventar: si la cosa se pone fea, carecen de los medios para aguantar el tirón. El seguro puede jugar un papel ahí, asumiendo las consecuencias de ese riesgo y haciendo que, de esa forma, el inventor se centre únicamente en desarrollar su invento.
Cuanto más humilde es el inventor, más debe pensar en asegurar su invento
Los seguros para la propiedad intelectual pueden protegerte cuando un competidor infringe tus derechos de propiedad intelectual o en el caso de que seas denunciado por haberlos infringido tú, ya sea asumiendo los gastos de defensa jurídica o reembolsando las pérdidas sufridas durante el litigio.
También existen los seguros de defensa jurídica y reclamación de daños, que reembolsan los gastos de defensa jurídica a los asegurados en el caso de que sean demandados. Esta cobertura puede estar incluida en otros seguros multirriesgo, como el que se contrata para el hogar.
Como ves, el seguro es un gran aliado para el inventor, pues le permite ahorrarse problemas y hacer frente a competidores más grandes en caso de pleito. Si inventas algo, asegúralo.