Agroseguro es el pool o alianza de aseguradoras que cubre las cosechas en España y ofrece cobertura a las plantaciones y explotaciones de olivar, que están expuestas a riesgos climáticos. Los más habituales y que causan mayores daños son la sequía y el pedrisco. Según los últimos datos de Agroseguro, en la cosecha actual los olivareros asegurados producen 960.639 toneladas de aceituna, con un valor de 402 millones de euros. Hay olivares asegurados en prácticamente todas las comunidades autónomas, pero los capitales asegurados se concentran principalmente en Andalucía (241 millones de euros), Extremadura (84 millones de euros), Castilla-La Mancha (39 millones) y Cataluña (10 millones).
En España hay casi 960.000 toneladas de aceituna aseguradas
Según los datos que maneja el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en España hay más de 2,6 millones de hectáreas de olivar plantadas. De estos, solo 217.867 hectáreas están aseguradas, lo que supone el 8,3% del total de la producción. Podemos afirmar, por tanto, que el seguro del olivar tiene todavía mucho camino que recorrer, pese a que, como decíamos, estas plantaciones están expuestas a los riesgos climáticos. En 2023, la mayoría de los daños han sido provocados por la falta de precipitaciones o las tormentas de pedrisco sufridas, especialmente, a finales de verano. Si se cumplen las previsiones de Agroseguro, la siniestralidad podría alcanzar este año la cifra récord de 30 millones de euros.
Mayor concienciación de los olivareros, pero mucho camino por recorrer
Las cifras, de momento, no son tan completas como las que se pueden ver en otros muchos cultivos agrarios y actividades ganaderas en España, pero la falta de percepción del riesgo que han sentido los olivareros en los últimos años está cambiando, a raíz de que se han encadenado campañas muy complicadas. En cualquier caso, el seguro del olivar tiene margen de crecimiento y es importante conocer los beneficios del aseguramiento.
El sistema de seguros agrarios está ahí como mecanismo para estabilizar los costes extraordinarios que pueden sufrir los agricultores como causa, sobre todo, de los hechos climáticos. Como ya hemos dicho, las cifras actuales no hacen sino señalar que todavía existen importantes vías de desarrollo para este cultivo tan nuestro, que no es sólo importante en nuestras cocinas sino, también, en nuestra economía.