A veces, aunque declares con detalle el riesgo que querías proteger, esa información puede quedar obsoleta. Especialmente, si han pasado muchos años desde contrataste el seguro y la póliza no ha sido revisada. En esos casos, puede que las protecciones se hayan quedado cortas por culpa de la inflación.
¿Y cómo puedes actualizar tu póliza para mantener siempre una cobertura adecuada? En primer lugar, debes verificar que tu contrato tenga incluida la cobertura de actualización de capitales. Esto permite que tu aseguradora ponga al día cada año el nivel de protección que te da y, en función de ello, ajustará la prima que te cobra. Es la mejor manera de tener tu seguro al día y evitar el infraseguro.
Por otro lado, debes informar a la aseguradora de aquellos cambios que se producen en tu vida y que afectan al riesgo que tienen cubierto. Así, tu entidad puede actualizar el valor de tus bienes asegurados. Por ejemplo, si tienes un seguro de hogar y cambian los objetos que hay en tu vivienda (compras muebles nuevos, algún objeto de valor o incluso joyas), conviene informar a la aseguradora de las novedades para que actualice los capitales asegurados. Lógicamente, si las cosas de tu casa valen más, necesitarás una protección más elevada. De no hacerlo, corres el riesgo de que la protección que tienes contratada se quede corta.
Contratar un seguro para cuidar de lo que más quieres es una espléndida decisión. Para evitar sustos, es muy importante actualizar el nivel de protección que te ofrece tu seguro. ¡Y recuerda!: Tu aseguradora o tu mediador de seguros habitual podrán asesorarte. Ya ves, poner al día tu seguro es fácil.